13 de mayo de 2016

Un taxista de New York





Llegué a la dirección y toqué el claxon . Después de esperar unos minutos, toqué la bocina de nuevo. Como esta era mi última carrera del día, pensé en marcharme, pero finalmente aparqué, y luego me dirigí a la puerta y piqué .
"Sólo un minuto", dijo la voz de una persona mayor. Pude oír algo que se arrastraba por el suelo.
Después de una larga pausa, la puerta se abrió. Una pequeña mujer de 90 años estaba delante de mí. Llevaba un vestido estampado y un sombrero con un velo, como un personaje de película de 1940.
Junto a ella había una pequeña maleta de nylon. En el apartamento parecía que nadie había vivido durante años. Todos los muebles estaban cubiertos con sábanas.
No había reloj en las paredes, ninguna baratija, ni ningún tipo de adorno sobre los muebles. En un rincón había una caja de cartón llena de fotos y cristalería.
"¿Me lleva mi bolsa al coche? "Pregunto ella . Yo llevé la maleta hasta mi coche y volví a ayudar a la mujer.
Ella me tomó del brazo y caminamos lentamente hacia la acera.
Siguió dándome las gracias por mi bondad. "No es nada", le dije, "Yo sólo intento tratar a mis pasajeros de la manera que quisiera que mi madre fuese tratada. "
"Oh, eres un buen chico", dijo. Cuando llegamos, en el coche, me dio una dirección, y luego preguntó: "¿Puede usted pasar por el centro de la ciudad? "
"No es el camino más corto", le contesté.
"Oh, no me importa", dijo. " No tengo prisa. Voy al hospital a la unidad de cuidados paliativos . "
Me miré en el espejo retrovisor. Sus ojos brillaban. "No tengo familia," dijo ella en voz baja. "El doctor dice que no me queda mucho tiempo de vida. "Detuve discretamente el taximetro.
"¿Qué ruta le gustaría que tomasemos? "Le pregunté.
Durante las dos horas que siguieron, nos condujo a través de la ciudad. Ella me mostró el edificio donde trabajaba como operadora de ascensor.
Fuimos en coche por el barrio donde ella y su esposo habían vivido cuando eran recién casados. Me hizo parar enfrente de un almacén de muebles que en otro momento fue un salón de baile donde había ido a bailar cuando era niña.
A veces ella me pedía que frenara delante de un edificio o una esquina en particular y se sentaba mirando hacia la oscuridad, sin decir nada.
Cuando el sol comenzó a alcanzar el horizonte, de repente dijo: "Estoy cansada me gustaria que ahora me llevase allí,al hospital."
Nos dirijimos en silencio a la dirección que me había dado. Era un edificio pequeño, como una pequeña clínica de reposo, con un portico y un camino para acceder hasta su entrada.
Dos celadores salieron y se dirigieron hacia el taxi. Fueron muy atentos y observaban todos los movimientos de la anciana. Por lo visto, esperaban su llegada.
Abrí el maletero y llevé la pequeña maleta hasta la puerta. La mujer ya estaba sentada en una silla de ruedas.
"¿Cuánto le debo? "Me pregunto , abriendo su bolso.
"Nada", le dije.
"Hay que ganarse la vida", respondió ella.
"Habrá otros pasajeros", le respondí.
Casi sin pensarlo, me incliné y le di un abrazo . Ella me abrazó con fuerza.
"Usted le ha dado un momento de alegría a una anciana", dijo. "Gracias. "
Le estreché la mano y di la vuelta. Detrás de mí, una puerta se cerró, fue el sonido de una vida que estaba llegando a su fin.
No tomé ningún pasajero el resto de la jornada. Conduje sin rumbo perdido en mis pensamientos.
Casi no hablé el resto de la noche. ¿Qué hubiera pasado si esta mujer hubiese tenido que lidiar con un conductor enojado, o alguien impaciente y con prisa? Y si me hubiera negado a hacer la carrera, o hubiese tocado el claxon varias veces, luego marcharme sin esperarla?
Pensándolo bien, no creo que hubiere hecho nada más importante en mi vida.
Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas giran en torno a grandes momentos. Pero los aspectos más destacados son a menudo muy pequeños momentos que no prestamos suficiente atención ".
Kent Nerburn Taxista en Nueva York .

13 de marzo de 2016

Turó de la Rovira

  En el geográficamente privilegiado Turó de la Rovira -el único lugar de la ciudad que ofrece una vista panorámica de 360 grados de Barcelona-, quedan restos del que fuera el barrio de Los Cañones, una de las barriadas de barracas del Carmel, el último gran núcleo de chabolas de la ciudad, desaparecido en 1990, con los Juegos Olímpicos pisando los talones a las excavadoras. 














 El espacio ha vivido en estos últimos años, desde el inicio de su recuperación, un importante aumento de visitas.


  El redescubrimiento del espacio -tanto por autóctonos como, sobre todo, por turistas- se ha beneficiado también del cierre del parque Güell. Muchos turistas han cambiado el masificado vergel de Gaudí-para acceder al cual ahora hay que pasar por taquilla y pagar ocho euros- por el espectacular mirador, todavía gratuito.




















Información completa. Clickar aqui




21 de febrero de 2016

Vermut y concierto con Luna y Media

Precioso concierto el que nos ofrecieron Luna Y Media este domingo en la Bodega La Riera de la Av. Vallcarca. 81. Lugar emblemático en el barrio de Vallcarca.



Jordi, Lidia y Juankar en plena acción









 Público genial y ambiente fantástico.









La bodega La Riera nació en tiempos de posguerra y hace tan sólo unos 4 años, sin perder su carácter de bodega de barrio, se ha convertido en lugar de intercambio cultural sin ánimo de lucro.








 Marisoul y Susanna por Sabina













La peña de Cornellá apoyando

 Juankar al bajo





 Jordi, vinos y consciéncia


El local tiene vida propia y late con un único carazón formado por un grupo de vecinos y amigos, que día a día trabajan para ofrecer al barrio un lugar de intercambio cultural: artes escénicas, plasticas y música. Todo ello bajo un formato gastronómico donde convive el buen rollo y el buen hacer de la gente.


Fotos: Esther y Carlos
Texto: Beatriz y Carlos

28 de enero de 2016

Paseo por el centro de Barcelona



Entrada al Centre Excursionista de Catalunya que da acceso al templo de Augusto   









Beatriz y Joaquin


Las columnas del Templo de Augusto






Ahora bajamos a la Barcino romana dentro del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) para un viaje de unos 2000 años












Salón del Tinell


















Beatriz




 Carlos



La Plaza del Rey




27 de enero de 2016

Griegos. Puente del Pilar 2015

....Y el sol, implacable, recorrió las tierras incógnitas de América, acariciando desiertos y bosques desconocidos y misteriosos. Se sumergió en los arrecifes de coral del Oceáno Pacífico, dando brillo a las palmeras vírgenes y nunca vistas por ningún humano. Llegó a la costa de la China milenaria y se atrevió a iluminar otras civilizaciones y culturas. Hizo blanca la nieve del Himalaya y brillantes los valles y glaciares inexpugnables. Cruzó las llanuras interminables del centro del continente y llegó a las islas helénicas. Saludó al mar Mediterráneo, a las ruinas de Roma, a los restos de los capiteles y de las columnas. Y después, sin descanso, el sol rompió las estrellas del cielo de Griegos. 






Días fantásticos entre amigos y familia y con un montón de actividades que nos tenían preparadas Loli y Daniel como buenos anfitriones: paseos por la montaña, visitas a otros pueblos, recogida de setas y de patatas, observación de ciervos en su hábitat.... 




Daniel








Beatriz      Daniel      Rosa


Ermita de Orea


Rosa en plena observación de ciervos



Carlos



Beatriz y el atardecer















Disfrutando de las vistas de los imponentes montes universales










Con una buena queimada que se curró Jorge





Beatriz, Ana y Manoli en Albarracin



De noche en La Colocha echando la penúltima




Manoli, Jorge y Pol en Albarracin




Jaime y Beatriz




Pol y Manoli dando de comer a la cria de ciervo en el vallado





Beatriz y un amiguito en la colocha





 

Griegos



El texto del principio ha sido retocado pero extraido del libro  "Tots els noms de Barcelona" de David Izquierdo